LA SONRISA DE UN NIÑO CURADO ES EL MEJOR PAGO PARA EL HOMEÓPATA
La homeopatía en la infancia: Un enfoque integral para el bienestar infantil
Desde el mismo momento de su concepción el bebé se relaciona estrechamente con quien le da la vida y es a través de su mamá y el entorno familiar en dónde crecerá y se afirmará como persona para luego poder establecer vínculos en su entorno social.
La relación entre embarazo, familia y salud infantil
Así que mientras estamos en el útero materno no solo estamos creciendo y madurando físicamente, sino que también lo hacemos mental y emocionalmente.
Si el embarazo es un embarazo deseado y esperado los nueve meses se desarrollarán con todo el amor, apoyo y estímulo de los padres y seguramente el resultado será un bebé más sano, preparado y seguro al nacer que si no se hubieran dado estas condiciones óptimas.
Factores emocionales en la salud de los niños
Cuando existen problemas en la pareja, el niño no era deseado o ya están los hermanitos que le impiden recibir el apoyo exclusivo de mamá (en el caso de los más grandes) el comportamiento del niño cambiará por diversos motivos emocionales que van desde los celos, la necesidad de atención, el temor a la pérdida, que podrían generar a su vez sentimientos como el resentimiento, el odio, tristeza, agresividad, etc., que modificarán la conducta del niño.
Tratamiento homeopático en trastornos del comportamiento infantil
Los trastornos del comportamiento en el niño o en el adolescente son un motivo frecuente de consulta en Homeopatía. Traducen las dificultades de adaptación del joven a su entorno familiar y/o escolar.
Conviene localizar y tratar rápidamente estos síntomas anormales cuya agravación podría perturbar la maduración psicoafectiva del sujeto, incluso su integración social futura.
El enfoque fenomenológico del examen en Homeopatía permite descodificar el malestar que sufre el niño, que en la mayor parte de los casos ni siquiera es consciente del mismo, o no sabe o no puede verbalizarlo. Desemboca en una solución terapéutica generalmente eficaz y no iatrogénica, pero no debe hacer olvidar la búsqueda del conflicto psicológico subyacente.
Ceder inmediatamente a la tentación de hacer desaparecer por la terapéutica un síntoma que representa una reacción de defensa y/o de advertencia supone el riesgo de hacer aparecer una sintomatología más compleja y más difícilmente curable.
Si es cierto que la prescripción del simillimum no puede en ningún caso modificar las características fundamentales del carácter del niño, será sin embargo bienvenida para atenuar las consecuencias de su exageración anormal. Y no abandonaremos por ello, en los casos más graves o rebeldes, el recurso a una consulta de psiquiatría o psicología infantil, a los test de exploración psicológica especializados o a la puesta en marcha de tratamientos complementarios (psicoterapia, relajación, reeducación pedagógica).
Con una finalidad didáctica abordaremos primero el tratamiento de los trastornos del comportamiento en el seno de la familia y después el de los trastornos del comportamiento en medio escolar, aunque muy frecuentemente las perturbaciones del comportamiento afectan la sociabilidad del joven en los dos ambientes al mismo tiempo.
La personalidad dinámica de los niños según la Homeopatía
A nivel de personalidad los niños suelen tener una capacidad dinámica mucho mayor que los adultos.
Así, aunque hay niños cuya personalidad homeopática será la misma por el resto de su vida, la gran mayoría emigraran a otros estados constitucionales homeopáticos.
Las personalidades homeopáticas aún en los niños más estables, como Calcárea Carbónica, Silícea, o Magnesia Muriática tienden a ser elásticas, cambiantes y con un grado mucho mayor de adaptabilidad que la que presentan las mismas personalidades en los adultos, independientemente del medicamento al que correspondan.
De este modo un niño Silícea puede exhibir una alegría más intensa, impulsividad y espontaneidad. Un niño Calcárea carbónica puede ser rápido en algunos aspectos mentales o físicos. Un niño Arsenicum álbum más positivo y agradable. Todo esto, en ciertos casos, puede contribuir a que el Homeópata no distinga claramente la personalidad medicamentosa. En general, así, las personalidades de los niños son por una parte más benignas cuando se trata de medicamentos constitucionales muy patológicos, como Arsenicum, Anacardium, Hepar o Mercurius, y, por otro lado, las manifestaciones positivas y negativas (síntomas, signos y rasgos), apenas están en formación.
Los niños adoptados aún los más sanos, suelen caer en Natrum Muriaticum, Staphysagria, Aurum Metallicum, Carcinosin u otros Nosodes. Las niñas que de chicas sufrieron maltratos y humillaciones, de adultas suelen ser Staphysagria o Natrum Muriaticum, buscando inconscientemente esposos que las traten mal.
Diferencias en el uso de la Homeopatía entre niños y adultos
El uso de Homeopatía en los niños mantiene los principios generales de la doctrina homeopática: la ley de similitud, la experimentación en el individuo sano, el uso de un solo remedio y potencias que en este caso son infinitesimales. Es decir que no hay una diferencia en el uso del medicamento en el niño con respecto al adulto, sobre todo a partir de los 3 o 4 años.
Importancia del diagnóstico en lactantes
Pero en el caso de los lactantes pueden surgir algunas diferenciaciones. Según el doctor Julio Ambrós, pediatra y Homeópata, “con frecuencia recibimos a lactantes de diez días de vida, o veinte, con alguna patología y tenemos que recurrir al estudio de la madre durante ese embarazo. Sobre todo, para tomar síntomas, si los ha habido, para acoplarlos y sumarlos a los pocos síntomas que nos da ese bebé en el momento del examen.
Por ejemplo, un bebé de dos meses, que presenta aún una ictericia prolongada, ese tono amarillo en la piel que generalmente no dura más que unas horas o un par de días. Pude obtenerse el remedio indicado a través de un temblor en el mentón que el chiquito mostraba. No había otra cosa, aparte del síntoma de la ictericia. En estos casos tenemos que agudizar mucho la percepción de los síntomas objetivos para encontrar una respuesta efectiva”.
El síntoma objetivo es lo que el médico encuentra, ve e interpreta en la consulta directa. Cuando se habla de niños, estos síntomas sólo traducen lo que se puede ver, pesar o tocar, un hígado grande, profusión de verrugas, etcétera, y los otros síntomas deben tomarse a través del padre, de la madre, de una abuela… Y cada uno tiene su pensamiento, cada cual “explica” a su modo cómo es ese bebé.
Muchas veces el síntoma que se encuentra en la consulta es anímico o de carácter (como ser una conducta o actitud).
La Homeopatía ofrece al Homeópata una gran posibilidad, que es corregir los estigmas que el chico hereda.
El rol de la fuerza vital en la salud de los niños
Algo inmensamente útil en pediatría es la capacidad de reacción del niño. Este tiene una fuerza vital plena de energía y tiene menos patología que el adulto desde la Homeopatía, la respuesta del niño es fabulosa. Y la mayor contra es la ansiedad de los padres. Estos están acostumbrados al médico alópata que si el niño tiene un dolor le da un analgésico o tiene una infección y enseguida le da un antibiótico. La medicina “anti”: antibiótico, antiespasmódico, antifebril, antidiarreico… El Homeópata, en cambio, tratará al niño de una manera totalmente distinta. En primer lugar, comprendiéndolo como un ser completo y global. No sólo se interesará en el chico, sino también en todos y todo lo que lo rodea. Porque él la familia y el ambiente también pueden enfermar.
¿Cuántos niños enferman a partir de ingresar al colegio, y las personas dicen “¿Ah, sí, se contagió una gripe de algún compañerito…”? Esa es una posibilidad, sí, pero también podría ser que ese niño no se hubiera adaptado, y por esta razón se enferma. Porque se desequilibra, como prefiere decir un Homeópata. Entonces mostrará trastornos en su fuerza vital, se hará más sensible a los cambios de temperatura y los trastornos alimentarios, a todo lo que lo rodea en el sentido de agresividad, emocionalmente…
El diagnóstico homeopático basado en herencia y entorno
¿De qué forma un niño expresa no haber podido adaptarse? Eso depende de la herencia.
Si los padres o los abuelos son asmáticos, va a hacer episodios de asma. Si hay antecedentes de colon irritable, el niño tendrá un problema intestinal. De ahí la gran importancia y utilidad que esos datos familiares tienen para el Homeópata en el momento de realizar el diagnóstico.
M.V.Z. Hom. Jorge Rico Rico